jueves, 18 de abril de 2019

   RISOTTO AL CAVA CON TRES TIPOS DE SETAS

   Hacer un risotto es de lo más sencillo, y variar sus ingredientes según tengamos materia prima en la despensa, hará que cada vez nos quede un sabor diferente para disfrutar con los nuestros.

   En este caso, he de agradecer a Oliver, que me consiguiera una pieza de la vajilla del restaurante donde trabaja, para poder presentar mi risotto de forma vistosa y elegante.


   IMGREDIENTES:

   - 350g de arroz Arborio
   - 100q de champiñon
   - 100g de portobello
   - 100g de seta de cardo
   - 1 cebolla morada
   - 25g de mantequilla
   - 75g queso parmesano
   - 1 copa de cava
   - 1,5l de caldo de verduras
   - 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
   - Sal y pimienta al gusto

   ELABORACIÓN:


   Es muy importante organizar y preparar todos los ingredientes de la elaboración para que no se olvide ninguno y el proceso sea rápido. Por eso, mientras se calienta el caldo en una cazuela y el aceite en la sartén, limpiamos la cebolla y la picamos lo más fina que podamos. 

   Pochamos la cebolla a fuego muy lento junto con una pizca de sal y tapada. De ésta forma no se escapa el vapor que suelta y se nos quedará tierna y casi transparente.

   Durante el tiempo del pochado de la cebolla, troceamos los tres tipos de setas. Yo suelo comprar una bandeja que ya viene seleccionada y cortada. 

   Cuando tengamos la cebolla tierna, incorporamos las setas con un poco de pimienta, subimos la potencia del fuego y salteamos sin dejar de remover hasta que se nos doren.

   Añadimos el arroz que tendremos medido en una taza y removemos para que se impregne del aceite y demás ingredientes.



   Regamos nuestro arroz con el cava sin dejar de mover hasta que veamos que ha evaporado el alcohol.

   Llegado este momento, vamos poniendo poco a poco el caldo que tenemos caliente y un poco de sal. Yo suelo añadir tres cacitos y remover para que el arroz suelte su almidón mientras se va cociendo. Cuando veamos que se ha consumido ese caldo, se añaden otros tres cacitos.


   A la mitad de la cocción, incorporamos la mantequilla junto con la parte correspondiente del caldo.


   Cuando terminemos de añadir los ultimos tres cacitos de caldo, se espolvorea el arroz con el queso que previamente teníamos rallado y probamos el punto de cocción y de sal. Si fuese necesario más caldo porque vemos que le falta cocción, se añade caliente, nunca en frío.


   Se puede decir que el risotto está en su punto cuando el grano está entero, pero se mastica sin notar dureza en el centro y queda cubierto de una melosidad cremosa.



   Servimos inmediatamente los platos decorados con un poco de queso rallado y pimienta recién molida. 


   


 
  " Y dejar que vuestro paladar se deleite con ese aroma y sabor de las cosas bien hechas."



sábado, 24 de febrero de 2018

Paté de dátiles y queso azul



     Elaborar este paté, es de lo más sencillo y os aseguro que tendréis el éxito asegurado cuando los comensales hagan su degustación.



   INGREDIENTES

 - 100g de dátiles sin hueso
 - 100g de queso azul suave
 - 3 o 4 cucharadas de nata líquida
 - 300g de queso crema de untar


   ELABORACIÓN

   Ya podemos encontrar dátiles sin hueso durante todo el año en cualquier gran superficie, pero lo cierto es que no todas las marcas tienen la misma calidad. Unos son más carnosos que otros.

   Para comenzar, pesamos los dátiles y los fileteamos un poco. Los pasamos a una picadora eléctrica y se trituran hasta que quede una masa espesa.



   Sacamos la masa a un bol y le añadimos 3 cucharadas de nata, que mezclaremos con ayuda de un tenedor. Reservamos.



   En la misma picadora, metemos el queso azul un poco troceado y picamos para obtener una textura granulosa.



   Le añadimos el queso crema y volvemos a mezclar a velocidad mínima para que nos quede una crema densa.



   Añadimos los dátiles con la nata y terminamos de remover al mínimo para que se mezclen bién todos los ingredientes.



   Si notamos que la textura es demasiado densa, podemos añadir un poco más de nata.



   Sacamos el paté de dátiles a un bol o tarro que cierre bien y guardamos en el frigorífico mínimo 5 horas para que endurezca.


   Podemos servir este paté acompañado de un pan de nueces y pasas o con otro tipo de panes secos.

   Si os gusta una textura más rústica, se puede elaborar a mano picando con el cuchillo los dátiles y amasando los quesos con un tenedor. Es mucho más laborioso y el encontrar trozos más grandes de queso o de dátil, da otra sensación al degustar este original paté.

  

domingo, 14 de enero de 2018

Auténtica carbonara


   *** En una receta anterior de este blog, os enseñé a elaborar una pasta carbonara rápida y muy rica, pero en ocasiones, hay que esmerarse y cocinar con un poco más de tiempo para que el plato salga perfecto.


   INGREDIENTES:

 - 100g de espagueti al huevo.
 - 100g de beicon 
 - 1 cebolla dulce pequeña 
 - 1 huevo fresco
 - 10g de queso parmesano 
 - 100ml de leche entera
 - 1 cucharada de aceite de oliva
 - Agua para la cocción
 - Sal y especias al gusto

   ELABORACIÓN:

   Ponemos una olla al fuego con abundante agua y dos cucharaditas de sal. Cuando rompa a hervir, introducimos la pasta y removemos hasta que esté completamente flexible y suelta. Dejamos cocer a fuego fuerte durante 8 minutos o seguimos las instrucciones del paquete.Una vez cocida la pasta, pasamos a un colador y reservamos.

   Mientras se cuece la pasta, ponemos a calentar una sarten con la cucharada de aceite y pochamos muy despacio junto con una pizca de sal la cebolla cortada muy menuda. Removemos y tapamos para que sude y quede casi transparente.

   Retiramos la cebolla a un plato e incorporamos el beicon ya cortado en tiras o dados. Dejamos que se haga suavemente con su propia grasa y subimos la intensidad del fuego cuando veamos que empieza a tomar color para que se dore mientras removemos con ayuda de una cuchara de madera.



   Mientras se hace el beicon, rallamos el queso que dejamos reservado en un plato.




   Batimos el huevo y lo mezclamos con el queso rallado.




   Sacamos el beicon a un plato y reservamos.


   Introducimos en la olla los espagueti y regamos con la leche. Bajamos al mínimo la potencia del fuego para que no tenga demasiado calor la olla.

   Removemos la pasta para que se suelte con la leche y añadimos la mezcla del huevo con el queso. En este punto, no hay que dejar de remover con movimientos en ocho para evitar que el huevo  cuaje y se granule. Ha de quedar una salsa cremosa.



   Cuando tengamos la salsa ligada, añadimos la cebolla con el beicon. Removemos un poco más y listo para servir.



   Es aconsejable tener la mesa puesta y el resto de los platos ya preparados, porque los espagueti hay que servirlos, poner un poco de alguna especia que nos guste para aromatizar y comerlos en el momento de retirarlos del fuego.




lunes, 5 de diciembre de 2016

Ensalada con vinagreta de pimiento y semillas


   *** Aunque no lo parezca, podríamos estar tomando una ensalada diaria y no repetir la misma con sus mismos ingredientes en muchos meses. Hay tanta variedad como imaginación queramos poner en sus elaboraciones. Esta es una de esas ensaladas que surgieron con lo que tenía en casa, y os aseguro que nos gustó a todos por su frescura, textura y sabores diferentes en un mismo bocado.

   INGREDIENTES:

 - 1/2 bolsa de mezcla de lechugas y brotes
 - 1/2 manzana Royal Gala
 - 1/2 aguacate 
 - 4 o 5 rodajas de queso rulo de cabra
 - 2 cucharaditas de pimiento del piquillo caramelizado
 - 3 cucharadas de aceite de oliva virgen
 - 1 cucharadita de vinagre de Jerez 
 - 1 cucharada de mezcla de semillas
 - Sal

   ELABORACIÓN:

   Lo primero que tenemos que tener claro a la hora de elaborar una ensalada, es el aliño que le queremos poner, porque será el alma de dicha ensalada. Yo opté por hacer una vinagreta con pimiento del piquillo caramelizado. Primero porque tenía un tarro abierto de una elaboración con solomillo de días anteriores y me pareció buena combinación para dar ese toque de color y sabor a los ingredientes que formarían el conjunto del plato, y segundo porque la cantidad que quedaba era tan poca, que se terminaría olvidando en el fondo del frigorífico y estropeándose. Como ya os he dicho en muchas ocasiones, hay que dar salida a los alimentos para no tirar nada.

   Para el aliño necesitamos un tarro de cristal con tapa y no muy grande. En el pondremos las cucharaditas de pimiento, el aceite de oliva, el vinagre de Jerez y una pizca de sal.


   Batimos con la cucharilla o un tenedor de postre hasta ligar completamente la vinagreta. Tapamos el tarro y reservamos en el frigorífico.


   Lavamos la manzana y abrimos el aguacate para cerciorarnos que está en su punto de maduración y con un color uniforme sin manchas.


   Pelamos el aguacate y lo cortamos en gajos no mas gordos de 5mm. Reservamos.


   Partimos la manzana por la mitad y limpiamos de semillas. Practicamos cortes en láminas de 2 a 3 mm como máximo. Reservamos.


   Escogemos una fuente para ensalada y repartimos las hojas de lechugas y brotes procurando que los colores se alternen, dejando las más vistosas en la parte exterior.



   Espolvoreamos una pizca de sal y vamos colocando los gajos de aguacate sobre las lechugas.


   Continuamos con las láminas de manzana que alternarán de forma alocada entre el aguacate y las lechugas.


   Cortamos unas rodajas de queso rulo de cabra que romperemos y esparciremos sobre los ingredientes ya puestos. No es conveniente poner en exceso, ya que tiene mucha potencia y nos anularía el resto de sabores.


   Sacamos la vinagreta de la nevera y la volvemos a agitar si vemos que se ha soltado. Aliñamos con ella nuestra ensalada dando toques de color y brillo.


   Por ultimo, se espolvorean las semillas de sésamo, lino marrón, amapola, pipas de girasol y calabaza por encima de los ingredientes, procurando que queden las más grandes en lugares vistosos. 




   Ya no queda más que servir y disfrutar de la armonía que genera un bocado en nuestro paladar.






lunes, 14 de noviembre de 2016

Tarta Frutos del Bosque

 *** Elaborar una tarta personalizada y que sea diferente a todas las que tengo editadas en mi blog, es todo un reto. Hay que pensar en la conjugación de los ingredientes y que su mezcla sea armónica procurando que destaque el aroma principal, que en este caso eran los frutos del bosque. El toque decorativo queda al gusto de quien la elabore, pues no hay nada como disfrutar creando una decoración propia.

   INGREDIENTES:

 - 2 yogures sabor frutos del bosque
 - 2 medidas de aceite de girasol
 - 4 medidas de azúcar
 - 6 medidas de harina fina de trigo
 - 6-8 huevos según tamaño
 - 2 sobres de levadura en polvo
 - 2 cucharadas colmadas de azúcar glas
 - 5 cucharadas de azúcar
 - 500ml de agua
 - 700g de mermelada de frutos del bosque
 - 500g de queso mascarpone
 - 1,2l de nata para montar
 - Fondant color violeta
 - Corazones y perlas de azúcar

   ELABORACIÓN:

   * Encendemos el horno a 180º en posición aire con calor parte baja. Rejilla a media altura.

   Forramos el fondo de un molde rectangular con papel vegetal y engrasamos los bordes. Mezclamos los ingredientes tal y como ya os he explicado en otras recetas de bizcocho. Vertemos en el molde 3/4 partes de la masa reservando una parte para mezclar con 4 cucharadas de mermelada ya tamizada para eliminar las semillas. Repartimos esta crema más oscura sobre la anterior y añadimos unas cucharadas de mermelada para conseguir un efecto más marmolado haciendo garabatos con la punta de un cuchillo. Metemos al horno durante 45 minutos sin abrir para que no se baje.

   Mientras se hace el bizcocho, elaboramos el almíbar poniendo 5 cucharadas de azúcar en un cazo a fuego medio. Cuando esté dorada el azúcar, añadimos el agua ya caliente y dejamos que se diluya el caramelo mientras cuece. Retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.

   Desmoldamos el bizcocho que gracias al papel vegetal, nos será mucho más fácil porque no quedará pegado al fondo. Con ayuda de un cuchillo y un cortador de alambre, cortamos los bordes y hacemos planchas para sacar tres alturas.


   Mezclamos el queso mascarpone con la mermelada restante hasta obtener una crema y guardamos en el frigorífico.


   Montamos la mitad de la nata y le añadimos la crema de queso poco a poco para que nos quede lo más compacta posible. Reservamos en la nevera.


   Procedemos a montar la tarta pincelando con almíbar la base del bizcocho.


   Cubrimos con parte de la nata mezclada con el queso y la mermelada, teniendo en cuenta que tenemos que dejar para otra capa entre los bizcochos y para el decorado.


   Colocamos la segunda plancha de bizcocho y procedemos a realizar la misma operación de pincelado y cobertura.


   Por último, colocamos la tercera plancha de bizcocho a la que también le ponemos un poco de almíbar y metemos en el frigorífico para evitar que pierda consistencia mientras montamos el resto de la nata a la que pondremos el azúcar glas para que nos quede un poco dulce, pero sin excedernos.

   Procedemos a cubrir toda la tarta con la nata empezando por arriba y una vez igualado, pasamos a cubrir los laterales. Reservamos en el frigorífico tapada con la tapa del portatartas.


   Para hacer las flores violetas, cogemos pequeñas porciones de fondant y vamos formando los pétalos uno a uno.


   Cuando tengamos los cuatro, se unen por la parte del pico presionando ligeramente y se dejan que endurezcan sobre un papel vegetal. Un consejo para que no se quede pegado el fondant a los dedos es pasarlos ligeramente por harina.


   Por fin, llegamos al momento más creativo y que, como ya os he dicho, cada uno puede hacer la decoración que más le guste.

   Ponemos el resto de la nata con sabor a frutas del bosque y queso en una manga pastelera y formamos pequeñas ondas o montículos en la base y superficie de la tarta. Colocamos las flores a nuestro capricho y le ponemos una perla en el centro. espolvoreamos con unos corazones de azúcar acordes en color y lista para servir.

   Es muy importante poner el fondant en el momento de presentar la tarta para evitar que se deforme con la humedad.